Gracias a las negociaciones celebradas por Paraguay en el ámbito del MERCOSUR, que concluyeron el 13 de diciembre de 2021, el bloque reconoció que es necesaria la adopción de instrumentos de política comercial que promuevan la competitividad en la región y otorguen certeza y previsibilidad a las actividades productivas (considerando de la Decisión CMC Nº 10/2021), razón por la cual aprobó la vigencia del Régimen de Importación de Materia Prima (RIMP) hasta el año 2030 sin limitación alguna, lo cual habilita al Poder Ejecutivo nacional a promulgar el Decreto del Régimen de Importación de Materias Prima hasta el año 2030, dotando así de una mayor previsibilidad y certeza a las PYMES beneficiarias del régimen.
En un reciente estudio preparado por la Dirección General Planificación del Viceministerio de Industria del Ministerio de Industria y Comercio (MIC), se determinó que entre 2010 y 2022, el RIMP se utilizó esencialmente para fomentar la competitividad de las PYMES. El informe revela que el 69% de los beneficiarios del régimen corresponde a las PYMES: 33% fueron Pequeñas, 36% Medianas y 31% restante fueron empresas grandes. En tal sentido, se puede concluir que la herramienta alineó correctamente la relación de política incentivo objetivo.
Es la primera vez que el MIC da a conocer las cifras de beneficios del régimen de importación de materias primas.
El ministro Luis Alberto Castiglioni había anunciado al sector de la industria y la producción, en el Día de la Industria (08/09/2022), en un acto en la Unión Industrial Paraguaya (UIP), su intención de dotar de previsibilidad al RIMP, poniendo en vigencia hasta el 2030 el régimen de materias primas, de conformidad con las normas del MERCOSUR.
El titular del gremio industrial, Enrique Duarte, señaló que sería un hecho histórico, sin precedentes, una medida de esta magnitud, por el nivel de previsibilidad que se otorgará a las industrias nacionales.
En los últimos años, el tejido productivo que conforman las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPYMES), cobró mayor relevancia después de la Pandemia del COVID -19, debido a su reconocida capacidad de resiliencia y a la generación y el sostenimiento de empleos formales. En dicho ámbito, en el caso de Paraguay, 4 de cada 10 puestos de trabajo se generan gracias a las MIPYMES.
El Ministerio de Industria y Comercio y sus Viceministerios, vienen coordinando la integración de las agendas a fin de lograr el fomento y la consolidación de los factores que hacen a la competitividad de las MIPYMES. En el caso de los Viceministerios de MIPYMES y de Industria, ambos trabajan con la intención de establecer acciones que ayuden a fomentar la competitividad de las MIPYMES; destacándose entre ellas lo relativo a la formalización, la inclusión financiera, la capacitación y el acceso a los instrumentos de política industrial.
Acceso a los instrumentos de política industrial
El viceministro de Industria, Francisco Ruiz Díaz, explicó que garantizar el acceso a los instrumentos de política industrial es importante para la competitividad de las MIPYMES, dado que Paraguay enfrenta importantes sobrecostos debido a su condición de mediterraneidad y al desarrollo tardío de su infraestructura.
Sostuvo que un estudio de la Universidad Católica del Uruguay revela que los países del MERCOSUR tienen costos de transporte que son inferior en un 54% en relación con los costos de transportes de Paraguay. El estudio concluye que los sobrecostos de transporte y de infraestructura repercuten negativamente sobre la competitividad de las industrias debido a que encarecen el transporte interno, las exportaciones de productos fabricados en el país y las importaciones de materias primas, herramientas y equipos de capital.
Para mitigar los sobrecostos de transporte y de infraestructura, el MIC dispone de un conjunto de herramientas de política industrial que están orientadas a fomentar la competitividad de las PYMES, siendo los más importantes los siguientes: (i) Mecanismo de apoyo a la Producción y al Empleo Nacional (PEN-Ley Nº 4558/2011), (ii) Compras públicas de productos nacionales bajo adjudicación por ítems (Decreto Nº 4929/2016), y (iii) Régimen de Importación de Materias Primas (Decreto Nº 11.771/2000), declaró Ruiz Díaz.
En relación al Decreto Nº 11.771/2000, que pone en vigencia el Régimen de Importación de Materia Prima (RIMP), el Considerando de dicha norma destaca que el objetivo es implementar
una política de fomento del sector productivo, atendiendo la igualdad de condiciones de competitividad para empresas industriales y agropecuarias nacionales, como fuente generadora de empleos y de valor agregado, y en especial para estimular la creación y el crecimiento de las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMEs).
Sostener unos 35.800 puestos de trabajo directos
El viceministro Francisco Ruiz Díaz explicó que en los resultados del estudio, se destaca que las empresas que accedieron al RIMP ayudaron a sostener unos 35.800 puestos de trabajo directos, todos ellos formales. A esto se deben sumar los empleos indirectos e inducidos que se producen cuando las PYMES se integran al resto de la cadena de valor industrial, los cuales generan un impacto adicional en el empleo que por lo general suele ser tres veces más que los empleos directos, agregó.
Los datos revelan además que la adquisición de insumos para su transformación industrial importados bajo el RIMP creció significativamente en el periodo post pandémico 2021-2022. Efectivamente, en la serie prepandémica se observa que las importaciones realizadas bajo el RIMP totalizan un promedio de 307 millones de dólares por año; mientras que posterior al año 2020 la importación promedio (2022 proyectado a diciembre) totaliza unos 547 millones de dólares, o sea, un aumento del 78,2% de compras de insumos para transformación industrial, añadió.
Dijo que el RIMP ayudó a las empresas a compensar sobrecostos de transporte y de infraestructura, y promovió el surgimiento de nuevas industrias cuyos productos debían ser importados anteriormente. Las nuevas industrias que surgieron gracias al RIMP se dedican a la fabricación de los siguientes productos: Plaguicidas y otros productos químicos, 27%; Productos de hierro y acero, 13%; Productos metálicos, 11%; Productos de tabaco, 7%; Productos farmacéuticos, 5%; Productos de la confección, 3%; Abonos y compuestos a base de nitrógeno, 3%; Productos de alimentos para animales, 2%; Productos de vidrio, 2%; Los colchones de espuma, 2%.